Por fín!!
Y es que a la quinta fue la vencida, si bien todo el zaragocismo desea que no sea un mero espejismo lo ocurrido en la tarde de ayer en el municipal y que este sea el comienzo de una vuelta, una vuelta a la primera división.
Previamente al día del partido 4 miembros del grupo se acercaron al Refugio para hacer entrega a la Institución del material escolar y los juguetes que gentilmente entregaron los miembros del grupo a lo largo de la campaña de renovación del Colectivo 1932, una vez mas estuvimos a la altura de las circunstancias y eso siempre es motivo de orgullo.
El día blanquillo comenzó a mediodía, y es que el jugar los sábados a las 18.00h te permite este tipo de cosas o excesos, así se decidió el organizar un torneo de guiñote por parejas entre los miembros del grupo que lo deseasen, el apuntarse conllevaba el pago de 10€ por pareja, y es que había motivos para ello, pues parte del dinero recaudado se destinará al pago de una multa de un miembro del grupo.
El ambiente fue muy agradable entre los que ahí nos congregamos, y poco a poco y entre cerveza y cerveza llegó la hora de ir hacia el estadio, subimos todos juntos, y ya en la grada muy buena animación tanto en la primera parte, con el resultado de 0 a 0 y mucho mejor aún en la segunda mitad con el resultado a favor y es que 3 fueron los goles que pudimos celebrar ayer en La Romareda, un estadio ya no acostumbrado a estos resultados.
Pero esta vez la crónica nos gustaría dirigirla a un asunto que gusta en el grupo y es que los miembros mas mayores del grupo, los que rozan los 40 o superan esas edades, acuden al fútbol con sus hijos, niños a los que algunos hemos visto crecer y que han mamado el zaragocismo, niños que no conocen mas que a un Real Zaragoza venido a menos, niños que no han visto jugar una final de Copa a su equipo, niños que en sus clases están en minoría pues ya se sabe que ser de los grandes es muy fácil, niños a los que hay que explicarles, como dice la canción de Loquillo, que un día fuimos los mejores...y eso es tarea de todos, no sólo de los padres sino también del grupo que les deja las banderas de su equipo, les deja ondearlas, les deja tocar el timbal en los descansos, les deja poner la sirena del megáfono y es que ellos son los auténticos guardianes de la fe.
A todos ellos, a sus padres y a vosotros C32 por ser "la familia": GRACIAS
